SEGISMUNDO:...

SEGISMUNDO:

-Acercaos infelices, os pillé oyendo
como me estaba quejando de la vida
pero vosotros tendréis que pagar
con la vuestra por escuchar la mía.
Acercaos que por fin os vea, necios;
venid a mi. ¿No era bastante con mi pena,
que además me encuentre con espías
de mi existencial dolor. ¡Arpías!
venid y mostraros cual sois, cobardes.
¿No venís a conocerme ya que escuchásteis
como recitaba mi propia y gloriosa obra?

Pero tengo que deciros que mi padre
me tiene aquí encerrado para ensayar
únicamente para la función del mes.
Soy el actor principal de la obra,
necios, ¿no os he dicho que vengáis?.

Mi padre quiere que yo represente
de la mejor forma mi principal papel.
Todo en el teatro ha de ser un espejo
de la vida a contener mucha alegría,
muchas lágrimas, acto seguido, risas.

Si antes lloraba amargamente, ahora
oiréis que puedo reír cruelmente:
Ja, ja, ja, ja, ja, ji, ji, ji, ja.

por la noche viene a rescatarme del ensayo
de mi vida, pero que no os encuentre; que
al padre mío no le gustan los intrusos,
ni los espías, ni las gentes tan curiosas
como os veo que sois, ¡vaya par de necios!

¿Sois dos hombres? Respondedme por lo que
mas en esta vida seáis.

ROSAURA:

Señor, que somos varones los dos.
Pero estamos muy sordos y nada
hemos oído de esa obra que ensaya.
No se lo diga a su padre mas tarde.
De verdad que nada oímos como muchos
de los que oyen solo si les conviene.

CLARÍN:

-Diga señor, hombres somos los dos.
Este muchacho tan altanero es apuesto.
Goza fama entre las mujeres, las cautiva.