(Termina el discurso del rey Basilio)...

(Termina el discurso del rey Basilio)

BASILIO:

-Intentando libraros de la tiranía
yo me proclamo el tirano de mi hijo.
No es justo clasificarle de fiera
sin darle una oportunidad a ese hijo
que nació de mis entrañas, y ya tuvo
gran castigo, sin haber hecho causa,
solo por haber nacido ya huérfano.
Tan solo me fié de un oscuro vaticinio
y bien que llevo esta pena de inclemencia.
Quiero que le conozcáis que en secreto
le guardaba, pero la conciencia me dicta
que pudiera estar cometiendo injusticia
al que no ha manifestado ninguna acción
en su contra, y no dio signos de maldad alguna.

Vendrá al palacio a conocer a su pueblo.
Pero te tendré a prueba, que no cause mal,
que se porte dignamente, y tendrá la libertad.
Si fuese necio, hiriente o perverso, volverá
a su torre preso pero no antes de cometer
ni villanía, ni maldad, ni crueldad alguna.
Espero que justo me juzguéis en no desearos mal
y que si en algo ofendí, fue el mal para mí.
Amo demasiado al pueblo para causarle desazón,
engaño y no deseo a mi hijo ya ocultarle mas.

Mas si Segismundo, vuestro príncipe, no fuera
digno vasallo de este reino, nombraría sucesor
o sucesora en aquestos sobrinos míos.

ASTOLFO:

- Ya me muero de impaciencia
de conocer a tu hijo Segimundo
del que no había noticia
ni de vida ni existencia.
Puesto que es hijo tuyo
para nuestra sorpresa
justo es que aquí comparezca.

TODOS:

-Que a palacio venga, tu hijo
que por conocerle sus fieles súbditos
estamos ya colmados de impaciencia.
Venga ya nuestro inesperado príncipe
a ser nuestro rey, y nosotros sus vasallos.
A tomar posesión de su reinado.

BASILIO:
-Me honráis con esas declaraciones
y Segismundo, mi hijo ignorado
hasta ahora, vendrá mañana a palacio
para conocer a sus fieles servidores.

(Éntranse todos acompañando a Estrella y a Astolfo, y el rey se queda.
(Fin de la escena sexta)