¡Lo afortunados que somos caminando por nuestros terrenos!, Burgos

¡Lo afortunados que somos caminando por nuestros terrenos!

Cuando sabemos que Laila, la niña saharagüi no tiene país, ni tierra ni nada. Que su casa es una haima y que lo único que puede tener son pensamientos para hacerse una casa a su medida, pisar la arena del desierto creyendo que son olas, mirar el horizonte y ver un país lejano al que un día llegará. Y aprender a leer para poder escribir cómo le gustaría que fuese su mundo. Laila puede construir su mundo con palabras.

¡Las palabras son así de importantes!