Alguien que mandaba dijo ya en un alarde de prepotencia, que los vecinos de Tardajos íbamos, Burgos

Alguien que mandaba dijo ya en un alarde de prepotencia, que los vecinos de Tardajos íbamos a ir ahí con tiendas de campaña para vigilar todo mejor. Una acampada de gente, ya escaldada por seguir consejos imprudentes.

Se dicen muchas cosas y gracias a eso la política florece mientras la tierra perece y sin miramiento alguno.

En vez de tiendas de campaña, quizás nos hubiera merecido la pena restaurar las chozas celtas o posicionarnos en nuestras desprestigiadas piedras sagradas desperdigadas por el castro, en manos de coleccionistas de arte que saben su peso en oro, enterradas y pisoteadas impunemente.

Que llega un momento que hay que hacer inventario de bienes y esos, son de obligado cumplimiento que aparezcan de una vez por todas.

Porque esto es tan cansino....

Que nos vengan con tantos cuentos de facturas que no se conservan, de partidas que no se contabilizaron en la construcción de la balsa y que pagamos muchos y muchas - y que sus cuentas sigan sin estar claras.

¿Qué queda del riego?

Pero nadie responde porque no lo saben a ciencia cierta. Solo baja el agua por pura inercia... si no ¿de qué iban a regar, ni qué gaitas en vinagre?.