¡QUÉ MAÑANA LLEVO POR CULPA DE LOS CARACOLES!

Todo empezó ayer, y ahí estaba hoy mi pesar. Ayer me levanté tranquilamente, di cuatro pases de baile, desayuné y despacio nos fuimos mi bicicleta y yo en busca de unos cuantos caracoles. A fe mía que me los traje a casa, pero eso, unos cuántos, y todo por no ser más previsora. La de caracoleros y caracoleras que vi. Y yo, pensando en las musarañas.

Menudo día el de ayer, y todo por no haber previsto lo que puede pasar si te duermes mas que los otros. Vuelves con cuatro caracoles mal "guisaos" y con la moral por los suelos. Pues a lo poco productiva de tu mañana, te afloran fantastas y fantasmitas; penas sin solución que te ahogan el alma.
Y te dices, todo lo que pueda pagar con dinero, por mucho que cueste, no es pena ninguna cuando estás viendo como la vida se va escapando minuto a minuto, y no puedes hacer nada por remediarlo. Nada, ni siquiera ver los últimos destellos de una buena amiga. Y dices, no es justo, ¿por qué ella? ¿por qué así sin tiempo para una despedida? Dios no existe cuando ella no merecía morir... y le queda muy poco tiempo... de sufrir en esta vida.