CRÓNICA DEL CORPUS CHRISTI (de ayer domingo día 2 de junio)

Salimos poco antes de la misa y en media hora ya estábamos allí, pues las comunicaciones son rápidas: autovías y buenas carreteras nacionales. El día amaneció muy frío, y hubo que echar mano de ropa de abrigo. Me llevé un polar largo, por si acaso. Creía que era muy exagerada, y me di cuenta de mi acierto en cuanto llegamos a la iglesia " Santiago Apostol" de Castrillo de Murcia. Es una catedral, mas que que iglesia. Enorme y grandiosa de una friura invernal. Una especie de congelador multitudinario por sus enormes muros y columnas de piedra con el suelo, también enlosado. Pero preciosa, como muchas iglesias burgalesas.

Aquí, en Tardajos ya se estaban colocando los altares, como es costumbre en la mayoría de los pueblos de esta provincia. Otro pueblo por el que pasamos, y ya había altares con sábanas bordadas en las ventanas y balcones, era Olmillos de Sasamón; y las niñas, vestidas de comunión iban a la iglesia a la misa, como es costumbre por aquí en tal fecha.

En Castrillo, por la mañana, también había Misa Solemne. Antes de la misa hubo toque de maitines y vuelta de Atabalero y Colacho. Y luego, la misa, con rezos, y salida del Colacho y Atabalero atravesando varias veces el pasillo central de la majestuosa iglesia para ir al coro. De cerca, el Santísimo Sacramento del Altar los seguían de cerca para entonar rezos y cantos gregorianos; y así, tratar de aplacar la furia del Colacho. Siempre custodiado por los sacerdotes para dar cumplimiento a la tradición castrillense desde tiempo inmemorial.