LA LEYENDA DEL PEREGRINO DE LA CALABAZA DE ORO (I)...

LA LEYENDA DEL PEREGRINO DE LA CALABAZA DE ORO (I)

por Pablo Arribas Briones

Es esta una de esas antiguas historias en el Camino de Santiago, que el paso de los tiempos ha ido velando, tras altas tapias conventuales, por la patina que crea lo oculto y lo prohibido. el armazón del relato se conserva en dos hojas arrancadas - bien sabido por quien, y en qué circunstancias, pues de ello se dejó noticia- de un libro "Inventario de las reliquias, su origen y virtudes, que se custodia en el Convento de las Madres Clarisas de.... ", al que he llamado de Talancedo.

No fue difícil convencer a la Madre Superiora, cuando el peregrino pasa de los sesenta, va con bordón y con calma y ha aprendido a tocar la campanilla de los conventos.

La atenta Superiora acercó la reliquia al locutorio: una calabaza de oro del tamaño de un huevo de ánade. En un magnífico cofre de nácar tachonado de veneras, con el inconfundible estilo de los talleres de Belén. Mas declinó el relato de su sorprendente historia en una monja joven, entendida, con una de esas voces imposibles de cultivar fuera de los conventos de clausura.

Envolvían las palabras de la joven clarisa el reluciente oro de la calabaza mientras explicaba - deteniéndose de vez en cuando en la observación de que trasmitía lo aprendido por tradición oral- las conjeturas que sobre el peregrino portador de la reliquia habían hecho las personas de toda condición. Lo de la sirena y el mar, (había dicho el sabio capellán del convento), eran cosas tomadas de Plotino y que estuvieron de moda durante mucho tiempo en la iglesia. La persona del enigmático peregrino, desfigurada sin duda por el paso del tiempo, alimentaba suposiciones dispares:

¿Era el mismo Santiago, o el demonio, una vez más disfrazado de hermoso peregrino en la piadosa Senda? ¿O era una figuración del inevitable destino peregrinante de la humanidad, iniciado por nuestros Primeros Padres, tal como llegó a sugerir la amable Superiora?

He reconstruido, por primera vez que yo sepa, esta leyenda del viejo Camino del Hijo del Trueno. Tiempos y sabios vendrán a darle mejor forma o a exacrarla. Entretanto, leed, si gustáis: