Esta vez no me preocupé para nada de mi cabeza. Igual mejor me la hubiera lavado pero me dije que no tenía tiempo. ¿Y qué? Yo voy a ver, no a que me vean. A recordar, pero no pude; pues a volver a descubrir lo que siempre fue tuyo y viste hace tanto tiempo que ya no recuerdas. Nunca es tarde y todavía se aprecia mas.
La imagen de mi ciudad en mente siempre fue el Palacio del Infantado, y genial sigue para que los visitantes disfruten del buen arte. Ese día solo hice una visita a vista de pájaro pero volveré de nuevo para descubrir nuevas calles y callejas, para disfrutar de lo mío que también merece la pena; y aunque nadie lo diga, lo digo yo.
Menos mal que el arte de cada ciudad no se lo puede llevar nadie; eso sí, estará empeñado pero el pasado queda intacto e inamovible.
PINO EN LA CALLE MAYOR DE GUADALAJARA (ESPAÑA)
La imagen de mi ciudad en mente siempre fue el Palacio del Infantado, y genial sigue para que los visitantes disfruten del buen arte. Ese día solo hice una visita a vista de pájaro pero volveré de nuevo para descubrir nuevas calles y callejas, para disfrutar de lo mío que también merece la pena; y aunque nadie lo diga, lo digo yo.
Menos mal que el arte de cada ciudad no se lo puede llevar nadie; eso sí, estará empeñado pero el pasado queda intacto e inamovible.
PINO EN LA CALLE MAYOR DE GUADALAJARA (ESPAÑA)