El hombre al que me refiero, el hombre al que conozco,...

El hombre al que me refiero, el hombre al que conozco, mucho, muchisimo y que anduvo penosos caminos, apenas si ríe: apenas si ríe porque se tropezó con días entristecidos, apenas si comenzó, a palpar como otros hombres no entendían de jardines si de manejar el látigo de su poderío. Desde sus cabellos grises hoy contempla a gritadores que pretenden pisotear las flores que aun quedan en el hollado camino. La luz apagada de mi cuarto y ojos abiertos en la oscuridad "he presenciado" bramar a hombres convertidos en fieras una vez mas, robándome la poca paz la poca paz lograda; mientras veía por grandes hileras de pobres, dejando caer las pocas lágrimas que aún les quedan, por los polvos de agitados caminos.
Ya no era solo países lejanos donde hombres malvados, mordían la paz desde sus horribles dentelladas; en mi país, mujeres y hombres bramaban como fieras y en manada realizaban actos demenciales. Si alguien osaba pronunciar sabiduría se reían. Los niños en su inocencia, seguían jugando... Ya de pie y mientras miraba al espejo, me vi en medio de tanto griterío, mientras me preguntaba: ¿Y si mañana se interrumpen los juegos de los niños?
Mi agitada respiración empaño el espejo, limpie este y al fondo del mismo, viera al mundo agitado en sus dolores y hombres sembrado torpes osadías... Eran hombres de mi propio pueblo de mi pueblo... desafiando la"la ley de la gravedad"