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Covid-19: estas son las 9 razones para pensar que la vacuna será un éxito.

La irrupción del Sars-CoV-2 en el mundo ha provocado que la comunidad científica internacional se haya movilizado como nunca antes.

30 agosto, 2020 01:32.

Mientras el invierno se aproxima a pasos agigantados, muchos de nosotros nos preguntamos si la carrera por la vacuna logrará dar sus frutos para enero de 2021. Soy médico investigador y especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de Virginia, donde atiendo a pacientes y dirijo un grupo de investigación sobre la COVID-19. En muchas ocasiones la gente me pregunta cómo puedo estar tan seguro de que se sacará una vacuna exitosa que nos permita evitar la COVID-19. A fin de cuentas, aún no tenemos una para el VIH, que es el virus que causa el sida.

A continuación les explicaré en qué punto se encuentra ahora mismo la ciencia, dónde estaremos en cinco meses y por qué hemos de confiar en el desarrollo de una vacuna eficaz contra la COVID-19.

1. El sistema inmunitario humano cura la COVID-19.

En un 99 % de todos los casos de COVID-19, los pacientes superan la infección y el virus desaparece del cuerpo. En algunas de las personas que han dado positivo en COVID-19, el virus puede permanecer en el cuerpo a un nivel muy bajo hasta tres meses después de superar la infección. Sin embargo, la mayoría de estos pacientes deja de transmitir el virus a otras personas a los 10 días de haber contraído la enfermedad.

Por este motivo, debería ser mucho más fácil desarrollar una vacuna para el nuevo coronavirus que para otras infecciones como el VIH, ya que en estos casos el sistema inmunitario no logra curar la enfermedad de forma natural. El SARS-COV-2 no muta de la misma forma que el VIH, lo que facilita enormemente el trabajo al sistema inmunitario (que domina al virus) y a la vacuna (que lo controla).

2. Los anticuerpos dirigidos a la proteína S evitan la infección.

La vacuna protegerá, en parte, al inducir la producción de anticuerpos contra la proteína S presente en la superficie del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. El virus necesita la proteína S para adherirse, entrar en las células humanas y así reproducirse. La investigación nos demuestra que los anticuerpos, como los creados por el sistema inmunitario humano, se unen a la proteína S, la neutralizan y evitan que el coronavirus pueda seguir infectando células en un cultivo de laboratorio.

Se sabe que las vacunas que están en ensayo clínico incrementan los anticuerpos anti-S que bloquean la infección del virus en las células en el laboratorio. Al menos siete empresas han desarrollado ya anticuerpos monoclonales, anticuerpos de laboratorio que pueden reconocer la proteína S. Estos anticuerpos se están utilizando en los ensayos clínicos para evaluar su poder a la hora de evitar la infección en personas expuestas, por ejemplo, mediante el contacto en casa.

Los anticuerpos monoclonales también resultan efectivos de cara al tratamiento. Durante la infección, una dosis de estos anticuerpos monoclonales podría neutralizar el virus, al brindarle al sistema inmunitario la posibilidad de captar y producir sus propios anticuerpos para luchar contra el patógeno.

3. La glicoproteína S tiene puntos vulnerables.

La proteína S dispone de muchos sitios a los que los anticuerpos pueden unirse para neutralizar el virus. Y eso es una gran noticia, ya que, al haber tantos puntos vulnerables, el virus tendrá muy difícil mutar para evitar la vacuna.

Muchas partes de la proteína S tendrían que mutar para evitar los anticuerpos neutralizadores anti-S. Demasiadas mutaciones en la proteína S modificarían su estructura y la harían incapaz de unirse a ACE2, clave para infectar células humanas.