Hay que ver, que un simple objeto, o una simple foto,...

Hay que ver, que un simple objeto, o una simple foto, hace aflorar a nuestro pensamiento tantos recuerdos almacenados en el desván de nuestra memoria; ya, la maquina de coser de Carlos, y las planchas a calentar y a carbón están unidas a mis vivencias. En efecto las planchas a carbón fueron posteriores a las otras, aunque tuvieron que convivir durante unos años, por la falta de carbón en los años de guerra y posteriores. Estas eran las que se utilizaban en los talleres de sastrería y modisteria hasta la llegada de las planchas eléctricas que fue algo después de la llegada de la electricidad a las casas! La primera faena de los y las aprendizas, era encender estas planchas, y mantenerlas siempre caliente añadiendo carbón al interior!

Esto que publico es la Ortografía castellana del Maestro Gabriel Almécija Castillo, -mi primer e inolvidable maestro en el año de 1930-. Lo recuerdo como si lo viera, alto, serio, metódico, recto, me recuerda siempre a la figura de A. Lincol. Viudo, guardaba en un desván de la escuela, las coronas y avíos mortuorios que todo los años, por los santos, llevaba al cementerio a la tumba de su querida esposa! Una figura inolvidable para mi, por todo lo que aprendí con el!.

Perdonar si esto no interesa a nadie, quizás sean los años y los deseos íntimos de recordar el pasado, ya que del presente no puede quedar mucho.

Saludos cordiales
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
antonia, amí si me interesa, me encanta tu historia... un sasludo
¡Claro que interesa!

A mí me encanta lo que cuentas, Antonia. Me parece precioso y de una gran sensibilidad y ternura.

Un cariñoso saludo.
Pues, es cierto, las planchas de los satres eran unas pesadas planchas, grandes. Tenían un dispositivo para meter el carbón, carbón de caña que llamaban. Lo sé muy bien, ya lo creo. Un saludo.