RECORDANDO A BARACALDO
Se han pasado muchos años,
se olvidaron ciertos nombres,
hubo que subir peldaños
para sentirse más hombres.
Con maletas de madera
y las penas bien cargadas,
en vagones de tercera
fueron muchas las jornadas.
“Dónde vas con esas pintas,”
algunas voces sonaban.
“Quiero probar otras tintas,”
desde lejos exclamaban.
Se marcharon sin más ruidos
buscando la madrugada,
temieron verse perdidos
con su cruz medio dañada.
Baracaldo fue destino,
hornos que bien calentaban,
cada cual buscó su signo
que a nadie le preguntaban.
El Puente de Simón Drogas.
“El Gasolino” esperaba,
quisieron romper las sogas
del tiempo que se borraba.
Lejos de La Villa mía,
en la tierra castellana,
fueron buscando armonía
soñando su vida sana.
Lejos quedaron recuerdos
de otras fechas marginadas,
algunos tristes momentos
dejaron frases marcadas.
Abrazando a Baracaldo,
sin explicar sus andadas,
fueron subiendo su saldo
entre sufridas jornadas.
G X Cantalapiedra.
Se han pasado muchos años,
se olvidaron ciertos nombres,
hubo que subir peldaños
para sentirse más hombres.
Con maletas de madera
y las penas bien cargadas,
en vagones de tercera
fueron muchas las jornadas.
“Dónde vas con esas pintas,”
algunas voces sonaban.
“Quiero probar otras tintas,”
desde lejos exclamaban.
Se marcharon sin más ruidos
buscando la madrugada,
temieron verse perdidos
con su cruz medio dañada.
Baracaldo fue destino,
hornos que bien calentaban,
cada cual buscó su signo
que a nadie le preguntaban.
El Puente de Simón Drogas.
“El Gasolino” esperaba,
quisieron romper las sogas
del tiempo que se borraba.
Lejos de La Villa mía,
en la tierra castellana,
fueron buscando armonía
soñando su vida sana.
Lejos quedaron recuerdos
de otras fechas marginadas,
algunos tristes momentos
dejaron frases marcadas.
Abrazando a Baracaldo,
sin explicar sus andadas,
fueron subiendo su saldo
entre sufridas jornadas.
G X Cantalapiedra.