ENTRE DELIRIOS PENOSOS
Le vi llegando a su casa
con sus delirios celosos,
algo en el pecho le abrasa
sin ser momentos dichosos.
Una mujer sorprendida
le siente muy tenebroso,
quizá se ve convencida
de ver su mundo horroroso.
Delirios de sombras negras
que le dejan sus señales,
hay delirios que son fieras
y jamás serán normales.
Le tienen siempre marcando
sus penosas simpatías,
las noches le van llegando
incluso con horas frías.
Delirios de besos buenos
que de niño les tenía,
sus delirios son venenos
que solo le dan porfía.
Cuando llegan los delirios
en las noches endiabladas,
se pueden vivir martirios
si sientes frases dañadas.
Los delirios no perdonan
ni saben de soledades,
y mucho menos razonan
si les dices las verdades.
Delirios que van logrando
terminar con las grandezas,
quizá llegan galopando
entre temidas torpezas.
Cuando lanzan sus suspiros
hay delirios que amenazan,
quisieran pegar sus giros
sin entender de templanzas.
G X Cantalapiedra.
Le vi llegando a su casa
con sus delirios celosos,
algo en el pecho le abrasa
sin ser momentos dichosos.
Una mujer sorprendida
le siente muy tenebroso,
quizá se ve convencida
de ver su mundo horroroso.
Delirios de sombras negras
que le dejan sus señales,
hay delirios que son fieras
y jamás serán normales.
Le tienen siempre marcando
sus penosas simpatías,
las noches le van llegando
incluso con horas frías.
Delirios de besos buenos
que de niño les tenía,
sus delirios son venenos
que solo le dan porfía.
Cuando llegan los delirios
en las noches endiabladas,
se pueden vivir martirios
si sientes frases dañadas.
Los delirios no perdonan
ni saben de soledades,
y mucho menos razonan
si les dices las verdades.
Delirios que van logrando
terminar con las grandezas,
quizá llegan galopando
entre temidas torpezas.
Cuando lanzan sus suspiros
hay delirios que amenazan,
quisieran pegar sus giros
sin entender de templanzas.
G X Cantalapiedra.