Una tarde de pesca:

Lo recuerdo como si fuera ahora mismo y han pasado 55 años. Era una calurosa tarde de fiesta, la primavera exultante brillaba por doquier y el olor de las rosas silvestres, esas que cuando arrancas una se deshojan enseguida como para protestar por tal ultraje, inundaba el ambiente.

Mi padre con su caña de pescar esperaba que picaran "las sardas" mientras que en su flamante transistor sonaba el programa CARRUSEL DEPORTIVO. Yo estaba tumbada en la fresca y verde hierba de la pradera leyendo el libro de moda " El diario de Ana María ". El libro estaba forradísimo por dos razones, para que no se viera lo que leía y para no estropearlo, puesto que había sido comprado en Zamora a "escote" entre la pandilla de amigas.

El sueño comenzaba a vencerme y opté por dejar el libro y cambiar el programa de la radio, en vez de Carrusel Deportivo busqué Los 40 Principales.

MI PADRE SE ENFADÓ MUCHÍSIMO, NO HABÍA PICADO NI UN PEZ PORQUE SEGÚN ÉL A LAS SARDAS NO LES GUSTABA ESA MÚSICA RATONERA DE PRINCIPIOS DE LOS SESENTA; Y YO QUE SIEMPRE FUI MUY CONTESTONA LE DIJE: POR LO VISTO TAMPOCO EL FÚTBOL.

¡QUÉ TIEMPOS!