Era domingo, como casi todos fuimos al cine principal...

Eres joven tienes ilusiones, y las vives creyendo que el tiempo no pasará, tienes amigas en las que tienes fe ciega, en las que confías todas tus ilusiones, pero que por desgracia son solo eso ilusiones, que pocas veces se hacen realidad.
¡El curso de la vida nadie lo puede cambiar!.
Estando quizás en ese tiempo que todo te parece bello que las cosas pasan por tu lado y no te enteras, que solo importan tus cosas, ¡te haces un mundo interior que disfrutas con ilusión!, pero hay algo que nunca pude comprender, ¡el rechazo que sentí un dia a los 15 años!, un chico se me declaro, y de ser el amigo de mi hermano y si es caso el mío, a sentir un desasosiego raro, era la niña que había sido hasta ese momento y que se hacia mayor de golpe, y eso me inquietaba, el pobre muchacho que me ayudaba hacer los deberes de clase, de repente le rechazaba casi groseramente, ¿como se puede analizar esa circunstancia? lo he pensado muchas veces, sin poder llegar a ninguna conclusión.
Fuy haciéndome mayor sin mas sobresaltos, solo me preocupaba el cine y pasarlo bien con mis amigas, dar paseos por la cale principal, casi ni nos preocupaban los chicos, aunque los había muy pesados. Para divertirnos nos dedicábamos a contar las gafas o a quien le caía mejor la gabardina, ¡que gracioso! y que bien lo pasábamos!, ahora pienso que poco necesitábamos para divertirnos, pero era así, tal como lo cuento.
Pero...... ¡apareció Errol flynn, era idéntico!, fue un flechazo y a él creo que le paso igual que a mi, Ahí comenzaron mis problemas de persona mayor.
Continuara

Era domingo, como casi todos fuimos al cine principal y a gallinero (no daba para más)
Ese día ocurrió algo muy curios, cuando apagaron las luces se oyó una bofetada y al mismo tiempo una voz de hombre que decía; POR SINVERFUEZA, nos quedamos de piedra por no saber el motivo de aquel grito, pero nos quedamos más sorprendidas cuando supimos el motivo; A una chica, un descarado empezó a tocarla y ni corta ni perezosa le dio una bofetada
Pero el muy……… fue el que dio el grito, creo que la chica se salió del cine porque temía que
pensar que era ella la que le había “metido mano” perdón por el vulgarismo pero no sabía cómo explicarlo tal cual.
La película fue preciosa, y nos fuimos comentándola a dar un paseo, llevábamos un rato paseando cuando se nos acercaron unos vecinos del barrio, (no recuerdo el motivo) pero
alguien venía con ellos que al mirarle mi cuerpo tembló de arriba abajo, era idéntico a Errol Flinn, nos lo presentaron y se llamaba Rodrigo, yo me puse tan nerviosa que empecé a charlar por los codos, sin saber muy bien lo que decía, siguieron paseando con nosotras, no me explico cómo fue pero Él se puso a mi lado, y como eran vecinos nos acompañaron a casa cuando eran cerca de las diez, que era la hora asignada que por nada del mundo podíamos alterar.
No pude dormir esa noche, su mirada la tenía clavada en mi retina y el roce de su mano al despedirnos me turbaba y no podía conciliar el sueño.
Era la primera vez en mi vida que sentía esa sensación, toda la semana estuve en las nubes
Y mi madre no paraba de decirme ¡espabila niña que parece que has vito al lobo! (Ese dicho es muy leones.)
No creí que volvería a verle.
El domingo siguiente en vez de al cine fuimos a andar en bicicleta alquilábamos una o dos dependía de las propinas de cada una, y nos pasábamos la tarde en el parque de San Fráncico montando en bicicleta las cuatro amigas, luego nos íbamos a casa, nos arreglábamos y como cada domingo de paseo al sitio de siempre donde se juntaba la mayoría de la juventud de León. ¿En qué consistía? En dar vuelta en la misma calle de arriba abajo dos o tres horas.
Pues lo pasábamos muy bien no lo perdíamos ni un domingo, aunque era diario, pero a tanto no llegábamos, porque a los padres les parecía perder el tiempo, aunque estoy segura que en ese paseo, se formaron muchos matrimonios.
Estábamos tan tranquilas cuando se nos acercó Él nos saludó y nos dijo si podía quedarse con nosotras asentimos, yo hice lo contrario que el domingo anterior creo que pronunciaría cuatro palabras, llegó la hora nos acompañó al barrio, el hizo un aparte con migo y me dujo si podía venir a buscarme al día siguiente, le dije que si con la cabeza, y me dijo ¡te espero aquí a las
ocho!.
Me paso lo mismo que el domingo anterior no pude dormir pero a las ocho me asome al balcón a ver si cumplía su palabra y ¡0h Dios mío! allí estaba mirando para un lado y otro porque no sabía dónde vivía, baje las escaleras de un salto fui a su encuentro, nos dimos la mano y nos pusimos a andar, ¡era todo tan raro que no sabía que decir!, pero al fin salió la chica dicharachera que era que fui hablando hasta que llegamos a la Condesa, un paseo precioso a orilla del rio, nos apoyamos al muro que dividía al rio del paseo y me miro como solo él sabía hacerlo.
EL PRIMER BESO

Se dan casos en la vida
que te gusta recordar,
y me viene a la memoria
las tardes en la Condesa
que íbamos a pasear,
yo jovencita e ingenua
El apuesto y cariñoso
a mí me hacía temblar,
era guapo y muy apuesto
me tenía
robadito el corazón, y
con sus finísimas manos
la cara me acaricio,
yo seguía embelesada
el con un gesto tierno
en la boca me beso,
y como una llama ardiente
a mi cuerpo estremeció,
y fue tanta la emoción
que las lágrimas
salía y salían
sin poderlas contener
¡yo te juro vida mía!
¡que te quiero y te querré!,
el me abrazo suavemente
yo no sabía que hacer
seguimos dando un paseo
hasta el atardecer.
Ese fue el primer beso
que mi cuerpo estremeció.
Han pasado muchos años
y con otro y me case
pero beso como aquel
¡jamás lo volví a tener!
Fin
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
FIN DE UNA RELACIÓN
Al despedirnos aquel día tan bello me cogió la mano con las dos suyas y me dijo mañana
a la misma hora- hasta mana- él se dio cuenta que yo era una ingenua sin experiencia en
relaciones sentimentales. A día siguiente le dije a mi mamá (así la llamaba) que salía con un chico, ella me miro muy seria y me dijo eres aun casi una niña, es tarde mañana hablamos.
A l día siguiente yo en el balcón esperando su llegada, pasaba el tiempo y nada eran las ocho y media y no podía esperar ... (ver texto completo)