El belén
En mi Belén de sobremesa, está a punto de nacer un niño, algo se vive en el ambiente, de repente, empiezan a iluminar la noche, centenares de hogueras, algo se presiente, en aquel establo del fondo, donde siempre hubo una burra, y otros dicen que una vaca, este año con los recortes o tal vez con los desahucios, abandonaron el pesebre. Sobre su techo, se ha parado una estrella que luce más que un lucero, y allí permanece señalando el final del camino a unos peregrinos de Oriente, que sobre sus camellos llevaban al rey de los cristianos unos regalos presentes. En mi Belén, ya repican campanillas, ya se pusieron en marcha los pastores, ya cobró vida la noche, y un villancico suave, cantan unos ángeles que vinieron del cielo.
En mi Belén de sobremesa, está a punto de nacer un niño, algo se vive en el ambiente, de repente, empiezan a iluminar la noche, centenares de hogueras, algo se presiente, en aquel establo del fondo, donde siempre hubo una burra, y otros dicen que una vaca, este año con los recortes o tal vez con los desahucios, abandonaron el pesebre. Sobre su techo, se ha parado una estrella que luce más que un lucero, y allí permanece señalando el final del camino a unos peregrinos de Oriente, que sobre sus camellos llevaban al rey de los cristianos unos regalos presentes. En mi Belén, ya repican campanillas, ya se pusieron en marcha los pastores, ya cobró vida la noche, y un villancico suave, cantan unos ángeles que vinieron del cielo.