Se extrañan tus escritos, Cantalapiedra!

EN LA CASTILLA SEDIENTA
El calor viene dejando
muchos lacios sufrimientos,
la sequedad va marcando
los temidos pensamientos.
En La Castilla Sedienta
donde repican los vientos,
la soledad atormenta
y pueden faltar alientos.
No puedes negar raíces,
ni hablar mal de sus viñedos,
comentando cicatrices
que nada saben de credos.
Cañadas llenas de vida
olores de viento intenso,
su tierra no está perdida
aunque el tiempo venga tenso.
Miramos al cielo raso,
que precioso es ese cielo,
el sol marcando su paso
quisiera dejar consuelo.
No hay veredas ni caminos
que desprecien ese suelo,
todos aprecian los vinos
levantando su gran vuelo.
Es La Castilla Sedienta
la del Rincón de Don Pedro,
donde la duda se aumenta
y sus piedras son de acero.
El Duero deja sus brisas
y más en el mes de enero,
donde las duras sonrisas
son un signo aventurero.
G X Cantalapiedra.

Se extrañan tus escritos, Cantalapiedra!