UN CORAZÓN DE REMOLACHA...

UN CORAZÓN DE REMOLACHA
Aquel obrero de la agricultura, que toda su vida la paso trabajando, a sus sesenta y cuatro años el corazón le empezó a fallar, y andando en médicos de la ciudad de Valladolid, veía su presente y futuro muy dudoso, comentaba a sus vecinos y amigos, lo que le daban en las consultas, y todo eran problemas, ya que el corazón le fallaba de vez en cuando, en la tasca del bar de su pueblo, decía sin miedo ninguno, Me van a poner un corazón de remolacha, para que pueda seguir viviendo, algunos amigos se reían ante la broma de aquel hombre que no se asustaba por nada, Toda su vida era un seguir adelante sin temor alguno, y lo de la remolacha se lo sacaba de su manga, ya que fueron muchos años los que en esta época sacaba remolacha de las tierras de regadío de su pueblo, y alguna remolacha la llevo limpia a la panadería de aquel pueblo de labradores, donde servían de postre dicho producto, aquel hombre siguió bromeando, pero una noche de esas de estrellas radiantes, cuando la Luna brilla sin miedo, el recibía el destello de una luz medio amarilla y su remolacha solo quedó en su cerebro, al día siguiente los comentarios afloraban en su pueblo, y nadie sentía su duelo, quizá solo su familia, que nadie mentaba a la remolacha para su corazón enfermo, fueron muchos años, quizá más de diez, que le pronosticaban su corazón débil y enfermo, más el se lo tomo a broma, y siguió celebrando su vida por el momento, Nadie en su pueblo pensaba que la muerte le tenía cercado, que era un esclavo de el vicio del tabaco, y que solo sus bromas eran buenas para el mismo. Nunca pensó en dejar de fumar, en no beber alcohol, en llevar una vida normal dentro de su problema fatal, y la misma vida le pasó factura, hubo alguien que decía, debiéramos ir a la funeraria, a ponerle una remolacha encima de su caja, no se lo pusieron, pero su muerte se comentaba por no haber hecho caso a los médicos. Esa noche la remolacha afloraba, pero nadie fue el osado de llevarla al final de su vida al tanatorio esa frase que le llevó a su muerte. G X Cantalapiedra.