UN DÍA AMANECIO CLARO...

UN DÍA AMANECIO CLARO
Era un día que amaneció claro, el sol brillaba sobre los cantos de las aceras de entonces, Los niños bajábamos a la escuela, y todo aquel día parecía normal, entrevamos a las clases a las diez de la mañana, y a las once y media salíamos al recreo, para entrar de nuevo a las doce de la mañana. Dentro de la clase estaba una estufa de serrín que daba bastante calor, y encima existía una lata que contenía un poco de agua para que no se notará la sequedad del ambiente, Los niños éramos felices con nuestros trajes de pana, unos azules y otros marrones o de distintos colores, todos te cubrían hasta la rodilla, donde tenías unos calcetines largos que salían de los zapatos o sandalias. más aquel día sobre las doce y pico el sol se escondía, y al salir del colegio a la una, tuvimos que correr debajo de los canales para no mojarnos, Al llegar a nuestras casas, cada uno tenía a su madre que le preparaba un poco de lumbre para calentarse y secarse de aquel tiempo traicionero, El día siguió lluvioso, por la tarde volvimos al colegio, entonces decíamos volvemos a la escuela, que era el edificio del Ayuntamiento, donde cada cual aprendía lo que más fácil le resultaba, Esa época fue la de la leche en polvo, y el queso amarillo americano, La verdad que lo tomabas por ser obligación, pero no te agradaba demasiado, era en la hora del almuerzo, once y media de la mañana, cuando pasábamos en fila para ser servidos, normalmente por las señoras de los aguaciles de la Villa, fueron tiempos de dudar de todo, nuestra niñez o infancia, conocimos demasiado los problemas económicos de entonces en nuestras casas. quizá la minoría tuvo esa niñez de juguetes y privilegios que los demás no podíamos tener. Pero todos mis amigos éramos niños la mayoría felices en nuestro ambiente, aunque en nuestras casas, mirasen la peseta por las dos caras. Como ese día de lluvia habiendo amanecido claro, se dieron otros muchos días incluso con tormentas en marzo. Hay días y momentos que se te quedan clavados para siempre en la memoria, fueron años de aprender en la calle, lo que en la escuela no te enseñaban. Así y todo los recuerdos afloran de vez en cuando, para seguir pensando como era nuestra infancia en un pueblo de La Castilla Profunda. G X Cantalapiedra.