CUANDO EL DEMONIO TE SIGUE LOS PASOS...

CUANDO EL DEMONIO TE SIGUE LOS PASOS
Aquel hombre que llevaba año y medio con la cruz de las enfermedades acuestas. Y pensaba en sus horas bajas, estoy terminado, solo soy un hombre sin futuro, tengo encima varias enfermedades de las que es imposible salir ileso. Una noche en el Hospital ingresado, vio en sueños llegar al doctor muerte, un hombre alto fuerte y calvo, que era lo que en una película de nazis el conoció, le temblaron las piernas, y se despertó pensando que su vida se acababa. Luego al pasar un rato comprendió que solo lo había soñado, y siguió pensando que todo el paso por los hospitales sería inútil, ya que cada día estaba más delgado y con menos fuerza, hubo noches que en sus sueños eran terribles, viendo en ellos los túneles de luz que le habían contado algunos enfermos muy grabes. Su estado de animo era cada día más trágico, y hablaba del demonio como si estuviera a su lado, un buen día un medico al pasarle revista le indico, “no sueñe usted tanto, ni piense en el demonio, estamos aquí para resistir todo lo que la Madre Naturaleza nos mande”, Aquel hombre con sus sesenta y seis años, y recién jubilado no era capaz de animarse. Tan solo su pensamiento era un desquiciarse por el abismo más grande y profundo que pudiera encontrarse. Su familia sabia de sobra que estaba tocado, y que sin tardar mucho se marcharía de esta vida, más no dejaban de animarle, dándole consejos para seguir adelante, y pedir que su vida fuera un poco más larga. Una mañana de esas raras, cuando los médicos pasan consulta por las camas del Hospital. Vio llegar al doctor muerte, o eso le parecía a este hombre, era idéntico al médico de la película que le impacto, sus movimientos con las manos, su expresión aunque en nuestro idioma, la hacían temblar y aun más con la fiebre que tenía encima, El Hombre enfermo quería que se marchara de su vista, ya que estuvo un día de urgencias con él en ese Hospital, y guardaba muy mala memoria de ese doctor, que al final le dijo, no me de usted pronostico de nada, un día estuve nueve horas en urgencia, y usted casi me manda al horno crematorio. Si me muero será mi destino, pero no me ponga usted la mano encima, el futuro lo tendré negro, pero usted no me complique la vida. El medico se alejo con la duda de haberle tenido en urgencia estando el de medico jefe de aquellas urgencias del Hospital. Donde no le pronosticaron nada de nada, estando el hombre enfermo sin poder andar ni mover los brazos, Este hombre tuvo mala suerte, la enfermedad le iba acorralando, y una noche de esas grises, entro en ese túnel sin salida, donde no se ve la luz blanca al final. Solo un tanatorio para despedirte de sus amigos y familiares. G X Cantalapiedra.