EL VINO BUENO NO HIZO MILAGROS...

EL VINO BUENO NO HIZO MILAGROS
Aquel pastor castellano, que llevaba normalmente su botella de agua y su bota de vino al campo, para pastorear, con su rebaño. Aquel lunes el hombre estaba un poco desilusionado, había pretendido a una joven de su localidad en el baila del domingo en la Pista de baile. El hombre estaba cierto tiempo pensando que sería una buena esposa, pero sus ilusiones se quedaron troncadas, y el lunes por la mañana estaba desilusionado, agarrando su bota de vino de litro y medio, y con su burro “Garillanos” se marchó a pastorear por el término de su localidad, Sus ovejas y corderos balaban todos sin entender su forma de actuar, Y aquella bota de vino verdejo de 15, grados, fue cayendo en su estómago, mientras el rebaño se extendía por los rastrojos, sus dos perros obedientes y cuidadores del rebaño, veían que este pastor se tambaleaba, era un hombre joven, tenía entonces 30, años, y nunca en su oficio de pastor, había bebido, y muchos menos para olvidar el fracaso de una joven, a la que el pretendiera, aquel lunes de septiembre el pastor llegó a su corral de ganado medio borracho, pero nadie sabía su verdadera historia, Los dos perros como siempre guiaron a su rebaño sin demasiados problemas, mientras el pastor dando bandazos llegó a dejar sus ovejas en el colgadizo, al finalizar la jornada, eso sí dando pasos equivocados y tropezando con el polvo de los caminos, además se debió de traer a su casa la comida entera, tan solo el vino lo había bebido todo, quería olvidar el fracaso que supuso al pretender hacerse novio de una joven que soñaba con otro destino, no sé cuál. Todo en la vida tiene su remedio, y con el paso del tiempo, este hombre pudo casarse y formar su familia, con una buena mujer que le dio hijos, cariño y comprensión. Más el vino no hizo milagros. G X Cantalapiedra.