SE ACABÓ

Por fin, ya era hora de que se ataque la conducta inhumana de aquellos que marcan el destino de nuestra sociedad, de romperles la cara de arrogancia a esos presuntuosos capitalistas que medran en el infortunio de sus semejantes; hoy, por fortuna, se empieza a saber tratar al que va en contra de una saludable humanidad, de un mundo donde lo más importante van a ser las personas y no la ambición y la codicia de una pandemia individual que, por desgracia, aún persiste y violenta nuestro mundo. Será lento el cambio. Pero al menos ya no se loará más a semejantes sinvergüenzas y sus manías de enriquecerse parasitariamente hundiendo a seres humanos en la miseria.
Ya han ganado el noble nombre que se merecen: MISERABLES (aquel que vive de la miseria)