Otro pinzón, cantando en la picota de un pino.

Son incansables, desde bien temprano se les oye trinar por los alrededores, hasta bien entrada la mañana. Luego es como si se fuesen a "fichar" (a comer), llegado el medio día, para volver con su melodía insistente y repetitiva, pero melodiosa y por tanto es una delicia escucharles.