Hoy tengo ganas de hablar del viento, tal vez porque...

Hoy tengo ganas de hablar del viento, tal vez porque lo oigo silvar a ratos. Me encanta el viento, cuando mueves las hojas de los árboles y nos silvan al oído; o cuando seca la ropa limpia y todo huele a blanco; o cuando estoy en mi pueblo y lo oigo entrar por la chimenea como si fuese un habitante más de la casa; o cuando estoy en la playa y hace que las olas sean más grandes y salpican de sal el paseo. A veces me gustaría ser viento, y volar, y ver todo desde lo alto, y escoger con más lentitud lo que quiero detenerme a ver, y pasar corriendo por lo que no me interesa.
Saludos y buen viento a todos.