EL BURGO DE OSMA, TESTIGO DE LA ESPAÑA VACIADA
El Burgo como testigo de esta España vaciada,
que no merece el castigo con su zona abandonada.
Pueblos que son despoblados con sus entornos de siempre,
entre campos mal cuidados y algún enebro pendiente.
El Burgo nota la ausencia de sufridos pobladores,
que notaron diferencia al abandonar labores.
En estas tierras de Soria donde los vientos se sufren,
se te viene a la memoria muchas cosas que seducen.
Despoblados del presente con sus señas olvidadas,
comenta cualquier ausente sus nieblas frías y heladas.
Los lamentos de la tierra que no tiene labradores,
tan solo la muerte entierra a sus viejos soñadores.
El Burgo como testigo de esta España vaciada,
que nunca busca enemigo tan solo vida soñada.
El Burgo va conociendo muchas tierras marginadas,
que pueden seguir sufriendo sin ver las reglas ansiadas.
Pueblos que son olvidados entre veredas oscuras,
sus nombres quedan grabados queriendo marcar diabluras.
Comarcas de soledades que brillan entre sus dudas,
algunas buscan verdades sin ver las cosas absurdas.
Y vaciados de personas que se fueron sin locuras,
quedaron algunas zonas que reflejan amarguras.
Ciertos caminos amados con hermosas singladuras,
hoy se notan enmarcados en ver sus horas más duras.
El Burgo busca motivos para subir en vecinos,
poniendo sus adjetivos entre momentos divinos.
Las campanas van sonando sin entender de razones,
El Burgo sigue pensando en bonitas soluciones.
G X Cantalapiedra. 4 – 10 – 2019.
El Burgo como testigo de esta España vaciada,
que no merece el castigo con su zona abandonada.
Pueblos que son despoblados con sus entornos de siempre,
entre campos mal cuidados y algún enebro pendiente.
El Burgo nota la ausencia de sufridos pobladores,
que notaron diferencia al abandonar labores.
En estas tierras de Soria donde los vientos se sufren,
se te viene a la memoria muchas cosas que seducen.
Despoblados del presente con sus señas olvidadas,
comenta cualquier ausente sus nieblas frías y heladas.
Los lamentos de la tierra que no tiene labradores,
tan solo la muerte entierra a sus viejos soñadores.
El Burgo como testigo de esta España vaciada,
que nunca busca enemigo tan solo vida soñada.
El Burgo va conociendo muchas tierras marginadas,
que pueden seguir sufriendo sin ver las reglas ansiadas.
Pueblos que son olvidados entre veredas oscuras,
sus nombres quedan grabados queriendo marcar diabluras.
Comarcas de soledades que brillan entre sus dudas,
algunas buscan verdades sin ver las cosas absurdas.
Y vaciados de personas que se fueron sin locuras,
quedaron algunas zonas que reflejan amarguras.
Ciertos caminos amados con hermosas singladuras,
hoy se notan enmarcados en ver sus horas más duras.
El Burgo busca motivos para subir en vecinos,
poniendo sus adjetivos entre momentos divinos.
Las campanas van sonando sin entender de razones,
El Burgo sigue pensando en bonitas soluciones.
G X Cantalapiedra. 4 – 10 – 2019.