"Por qué? Por qué?"
"Retiró las manos de sus ojos. La inquietud de sus criaturas le llenaba, como tantas otras veces, de terror y de impotencia".
"Los profetas y la sibilas, solos en sus nichos, le trataron a dar cuenta de la tragedia que él se había atrevido a representar".
"? Quién soy?... Y como puedo conocerme a mí mismo? Su llamada "! levántate!" suena en mis oídos, día y noche y albergo el eco de su voz. Pero no puedo levantarme: estoy encadenado a mis deseos, a mi soberbia, a mi insensatez. Por voluntad propia -su regalo de nacimiento- el hombre ha elegido el mal. Dentro de nosotros anida el ansia de ser seducidos y maldecidos, un ansia que no nos puede haber sido inculcada, pero que existe incuestionable y que envenena la vida en la tierra. Era impuro el barro, la arcilla de la creación?"
"Retiró las manos de sus ojos. La inquietud de sus criaturas le llenaba, como tantas otras veces, de terror y de impotencia".
"Los profetas y la sibilas, solos en sus nichos, le trataron a dar cuenta de la tragedia que él se había atrevido a representar".
"? Quién soy?... Y como puedo conocerme a mí mismo? Su llamada "! levántate!" suena en mis oídos, día y noche y albergo el eco de su voz. Pero no puedo levantarme: estoy encadenado a mis deseos, a mi soberbia, a mi insensatez. Por voluntad propia -su regalo de nacimiento- el hombre ha elegido el mal. Dentro de nosotros anida el ansia de ser seducidos y maldecidos, un ansia que no nos puede haber sido inculcada, pero que existe incuestionable y que envenena la vida en la tierra. Era impuro el barro, la arcilla de la creación?"