Nicolás se apresuró a sacarle la espina que tenía clavada,...

Nicolás se apresuró a sacarle la espina que tenía clavada, en el pecho la joven y bella mariposa, nervioso por que cada vez estaba mas debíl.
La cogió con mucha delicadeza y buscó un lugar lo mas seco y acogedor posible, el cual estaba dentro del tronco de un lindo arbol, una vez dentro del tronco muy apresurado sacó el libro del hechizo de mariposa que se había guardado en el bolsillo y buscó la página donde estaba el encantamiento de Elsa la dulce y encantadora niña convertida ya en señorita de cabellos largos y rubios, pero que aun era mariposa.
estaba a punto de desencantar a su amada Elsa mas en el momento en que pronunciaba las palabaras para desencantarla, Nicolas, se dió cuenta de que había abandonado el huevo del dragón, junto al rosal donde quedó herida la mariposa.
Tenía que ir a recogerlo y llevarlo al hueco del arbol por que de lo contrario el hechizo no lo podía realizar.
Mariposa se quejaba del gran dolor que sentía por la espina clavada-
Nicolas salió a toda prisa para coger el huevo ddel dragón, pero con tan mala fortuna que un fuerte viento debido a la tormenta le empujó y lo llevó hacia otro rosal identico al que había herido a mariposa.
el viento no le dejaba ver el camino le empujaba y nicolas peleaba con el, no podía convertirse en aguila por que el viento se lo llevaría aun mas lejos.
Entonces fué cuando recordó que el hombrecillo del bosque le había entregado una varita mágica la cual tenía que acariciar y cerrar los ojos para pedir un deseo, se apresuró a sacar esta de su bolsillo y cerró los ojos, esta a punto de acariciar a la varita, cuando de repente olle una fuerte y desagradable voz, la cual le era muy conocida que le dijo.
Con que tu eres el que me ha robado a mi hermosa y dulce mariposa.
Nicolas abrió en ese instante los ojos, y se encontró frente a sí al malicioso mago que había echizado a Elsa.
El maligno mago cogió la varita encantada que Nicolás sujetaba, esta estaba entre las manos de Nicolás y el maligno mago, mas en un pequeño forcejeo, Nicolas acaricó la varita y