Una vez más, contra los avances feministas...

Una vez más, contra los avances feministas
ISA SERRA

20/11/2022

Las feministas sabemos muy bien que el machismo no sólo está en los jueces que tienen que aplicar las leyes, sino en las leyes mismas. Precisamente por eso la Ley de garantía integral de la libertad sexual, Solo Si Es Si, es tan importante para el movimiento feminista, para las mujeres y ha generado tantas resistencias desde que fue asumida por el Gobierno de coalición.

Lo que supone este cambio legislativo no es una subida o una bajada de penas, sino entre otras cosas, llevar al Código Penal una transformación en la forma de entender qué es la violencia sexual contra las mujeres y de respetar y garantizar nuestra libertad sexual. Todo ello tras la exigencia que mandata el Convenio de Estambul y gracias al cambio cultural conseguido por el movimiento feminista internacional en la última ola.

Es imprescindible dejar atrás la arquitectura legal patriarcal que obligaba a las mujeres a tener que demostrar que han sufrido violencia o intimidación para ser reconocidas como víctimas de agresiones sexuales; dejar atrás la creencia terriblemente asentada (que se convertía en una dificultad probatoria para las mujeres) de que un hombre puede disponer del cuerpo de una mujer y tener sexo con ella si está casado o convive con ella, al margen de su consentimiento; acabar con la facilidad con la que un padre que agrede sexualmente a sus hijos puede recuperar la custodia en poco tiempo, aún con el riesgo y la vulnerabilidad de tantos niños y niñas que siguen sufriendo esta gravísima vulneración de derechos humanos. El cambio de paradigma que implica esta ley al situar el consentimiento en el centro también parte de la responsabilidad del Estado para acabar con la violencia sexual contra las mujeres.

Es por ello que esta ley es integral y despliega un sinfín de medidas para que los derechos sean una realidad material, desde los centros de crisis 24 horas para atender a víctimas de violencia sexual hasta la reparación de las víctimas, o entre otras la obligatoriaedad de la educación sexual.