En mi modesta opinión, Julio Anguita con 73 años y varios ataques cardiovasculares, haría muy bien llevando una vida sin los sobresaltos que le ha originado la actividad política; o sea, vivir la política desde la lejanía y no en primera línea (aunque sea mediática). Por su caballerosidad y manifiesta pulcritud en la lucha por el bien común de España, le deben afectar de manera peligrosa para su salud las bajezas de la política actual. Por otra parte, poco puede decir políticamente que no sea una repetición de lo dicho otras veces; debería dejar a los jóvenes de sus ideas desarrollar las políticas y aquellos que lo necesiten que le pidan consejo de forma privada.
saludos
saludos