BORDANDO LLORA SU PENA, La Poesía

BORDANDO LLORA SU PENA

Una tarde de verano
a la sombra del limonero,
la niña estaba bordando
mientras cantaba el jilguero.

A su lado corre el agua
de una fuente cristalina,
y los niños en la plaza
juegan a las cuatro esquinas.

Las viejas les dan consejo
a las vecinas mocitas,
que con sonrisas deshojan
una blanca margarita.

Todo es vida alrededor
y la niña del bordado,
lagrimas va derramando
y el bastidor a mojado.

No llora porque la aguja
su dedo le haya pinchado,
llora por un mal querer,
por un amor desgraciado.

El mocito pinturero
que su amor le prometió,
se ha marchado al extranjero
y de ella se olvidó.

Rodando por sus mejillas
caen lágrimas amargas,
es el final de una historia
que ya quisiera olvidarla.

En el mar del desengaño
donde los ríos desembocan,
las lágrimas de sus ojos
resbalan hasta su boca.

Hay de la pobre mocita
en esa tarde serena,
recordando aquel amor
bordando llora su pena.
Pa. Sa. Ma.