BELLOS TRIGALES, La Poesía

BELLOS TRIGALES

Cuando en los dulces trigales
el viento mece la espiga,
el sonido se asemeja
al vuelo de golondrinas.

Con que suavidad lo mueve
para no herir a la espiga,
Y las bellas amapolas
hasta se quedan dormidas.

Pues temiendo hacerle daño
igual que a un niño en la cuna,
el viento canta una nana;
¡Trigales de verde luna!

Más cuando llega la siega
después que ya lo han cortado,
el viento arrasa el rastrojo
porque se encuentra enfadado.

Le quitaron la dulzura
del verdor de su sembrado,
las amapolas ya tiempo
que también se han deshojado.

Todo ha quedado tan vacio
que da tristeza mirarlo,
pareciera sea un desierto
sin oasis a su lado.

Ya no se mecen los trigos
ni las amapolas duermen,
es un pampo frío y yerto
hasta que otra vez lo siembren.
Pa. Sa. Ma.