SIGUE TÚ CAMINO, La Poesía

SIGUE TÚ CAMINO

No vengas ahora suplicando amores
que hace mucho tiempo me olvidé de ti,
igual que las hojas que el viento se lleva,
los malos recuerdos alejó de mí.

No busques mi gloria
ni mi perdición,
y olvida que un día tú me conociste
por bien de los dos.

Sigue tú camino y ya olvídame
que si hay que pagar
por quererte tanto
caro lo pagué

Limosna de amores yo te suplicaba,
y tú te reías de mí padecer,
dándote la vuelta alegre cantabas
esta tonadilla que en mi alma gravé.

¡A mis pies serrana
has de suplicarme
“pa” que mi cariño
puedas conseguir,
aunque no te quiera,
diré que te quiero
ya que a mí me cuesta
muy poco fingir!

Y yo que cieguita por ti me moría
con pena y dolor te lo suplicaba,
pensando inocente que tú cambiarías,
y a la vera mía por fin te quedabas.

Pero por la noche ibas a otra reja,
diciéndole a otra cuanto la querías,
y de mis amores le dabas las quejas
y de mis penitas también te reías.

Alguien que me quiere me dijo un buen día.
Sentrañitas mías, tú no llores más,
tienes que olvidarte de ese mal cariño
Y sé que conmigo lo vas a lograr.

Y poquito a poco conseguí olvidarte
gracias a este hombre que es noble y leal,
el hombre al que adoro y me hace dichosa
Como yo en la vida lo pude soñar.
Pa. Sa. Ma.