Pues yo aprendí de poesía...

Pues yo aprendí de poesía
en el centro de Gran Vía,
lo que aquel mendigo me enseñó,
en la acera de Casa del Libro
válgame y que señor,
solo con una mano,
y que versos hacía,
mejor era la rima,
sorprendiendo a mucha gente
que por allí pasaba,
por una limosna que osaban
el pedirle un a poesía,
enseguida la engarzaba
también muchos literatos
que leían las poesías
animaban a la gente,
y al mismo tiempo decían
hay que ver que inteligente,
que con reglas y sin reglas
que versos EL componía.

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