UN DÍA DSE ESTOS...
Un día dse estos me voy a mentir
diciendo que ya no hay niños
que les duele de hambre la garganta,
y que ya no hay hombres malheridos
que se caen de bruces en la senda larga.
! Que empeño en inventarse inviernos
y a pasear hombres, sus esperanzas secuestradas!
Que empoños en plumas gritando:
¿donde está la libertad soñada?
"El mundo es un oasís-
jardín de plagado libertades
sin muros, ni a lambradas..."
Sueña ese hombre
que se muerde en sus labios las palabras.
El latigo de lo injusto
le manda callar pero no se calla
porque ve por todo muros
rejas y libertades y alambradas
Lo soñados jardiones
son prisioneros de telarañas de hierro:
puñaladas que non debieran caber en madrugadas
en un oscuro y horrible escupitajo
de essos poderes, que decretando arrebatan,
Mientras hiombres mastican mendrugos de pan
sus libertades secuestradas,
otros sin entrañas,
pasean maletines abultados
bajo sus poderosas alas.
Y esto en días que calles huelen a hambre.
Hombres se hurgan el dolor de sus entrañas
pidiendo aparezcan hombres sabios
antes que todas las libertades sean pisiteadas.
Y todo esto en este pálido planeta
donde voces poderosas
nublan muchas mañanas que pudieran ser claras
maltratando a viajeros
que se preguntan: ¿Que amanecerá mañana?
Un hombre, andaba ayer en esperanza.
Muchos hombres andaban y soñaban...
ayer antes de que la última paloma
huyera de lo alto la muralla.
Un día dse estos me voy a mentir
diciendo que ya no hay niños
que les duele de hambre la garganta,
y que ya no hay hombres malheridos
que se caen de bruces en la senda larga.
! Que empeño en inventarse inviernos
y a pasear hombres, sus esperanzas secuestradas!
Que empoños en plumas gritando:
¿donde está la libertad soñada?
"El mundo es un oasís-
jardín de plagado libertades
sin muros, ni a lambradas..."
Sueña ese hombre
que se muerde en sus labios las palabras.
El latigo de lo injusto
le manda callar pero no se calla
porque ve por todo muros
rejas y libertades y alambradas
Lo soñados jardiones
son prisioneros de telarañas de hierro:
puñaladas que non debieran caber en madrugadas
en un oscuro y horrible escupitajo
de essos poderes, que decretando arrebatan,
Mientras hiombres mastican mendrugos de pan
sus libertades secuestradas,
otros sin entrañas,
pasean maletines abultados
bajo sus poderosas alas.
Y esto en días que calles huelen a hambre.
Hombres se hurgan el dolor de sus entrañas
pidiendo aparezcan hombres sabios
antes que todas las libertades sean pisiteadas.
Y todo esto en este pálido planeta
donde voces poderosas
nublan muchas mañanas que pudieran ser claras
maltratando a viajeros
que se preguntan: ¿Que amanecerá mañana?
Un hombre, andaba ayer en esperanza.
Muchos hombres andaban y soñaban...
ayer antes de que la última paloma
huyera de lo alto la muralla.