A los que juntan muchos libros y ninguno leen.
EL BURRO DEL ACEITERO.
En cierta ocasión un cuero
lleno de aceite llevaba
un borrico, que ayudaba
en su oficio a un aceitero.
A paso un poco ligero,
de noche en su cuadra entraba,
y de una puerta en la aldaba
se dio el golpazo más fiero.
« ¡Ay! -clamó-, ¿no es cosa dura
que tanto aceite acarree
y tenga la cuadra obscura?»
Me temo que se mosquee
de este cuento quien procura
juntar libros que no lee.
¿Se mosquea? Bien está;
pero este tal, ¿por ventura
mis fábulas leer
IRIARTE.
EL BURRO DEL ACEITERO.
En cierta ocasión un cuero
lleno de aceite llevaba
un borrico, que ayudaba
en su oficio a un aceitero.
A paso un poco ligero,
de noche en su cuadra entraba,
y de una puerta en la aldaba
se dio el golpazo más fiero.
« ¡Ay! -clamó-, ¿no es cosa dura
que tanto aceite acarree
y tenga la cuadra obscura?»
Me temo que se mosquee
de este cuento quien procura
juntar libros que no lee.
¿Se mosquea? Bien está;
pero este tal, ¿por ventura
mis fábulas leer
IRIARTE.