NAVIDAD 2020...

XXVIII – “LA ESPERANZA”

No puedes tocar lo invisible
Solo creer sentir la memoria
La electricidad misma del recuerdo
Conciencia e inconsciencia
De lo inexplicable.

Los caminos nunca desaparecen
Son del tiempo
Como líneas invisibles
Eternidad del momento
Lejanías de la evocación.

El desasosiego son lagunas
De intangibles orillas
Montañas ilimitadas al porque?
La vida tiene su paso
Su aceleración y ritmo.

El río entre sombras y luces
Transporta todo el sino
Misterioso de la existencia
Aurora peregrina
Es la huella de su cauce.

La distancia de los años
Siembra cada grano del hoy
Labra el surco otoñal de lo respirado
Lo maquilla de presente
Es brisa navegante
En cada exaltación.

No me digas nunca
Que la esperanza no existe
Acecha con su gatuna mirada
Me arranco el corazón
Para sentir su agitación
Es silencioso refugio
Suspiro del alma
Para creer otra vez.

EH

Enrique. tus poemas me gustan mucho, por su profundidad. ¿se pueden compartir con su nombre por supuesto?
si no me da su permiso lo entenderé.
Un saludo y agradecimiento.
Elisa V.

Hola Elisa, Muchas gracias por apreciarlos. Para mi es un gusto participar en este foro de poesia y compartir lo que voy escribiendo y no tengo incoveniente que los compartas indicando mi nombre. Aprovecho la oportunidad para indicarte que tengo una pagina digital: enrique-horna. com, ahi tambien encontraras mas poemas de mi autoria.
Con aprecio te envio un cordial saludo.

Enrique Horna

Muy agradecida, por dejarme compartir y por ofrecécerme tu página.

Saludos y Feliz Navidad.
Elisa V.

NAVIDAD 2020

Aunque haya sillas vacías esta noche, ausencias sentidas que martirizan el paso por la vida y distancias que no se pueden abrazar, refugiémonos en la buena voluntad de la humanidad sembrada en el alma de los hombres, en la ternura de las mujeres y la inocencia de los niños, reafirmándonos la necesidad de sentir esos destellos espirituales del amor al prójimo, el misterio de la creación y lo entrañable que resulta compartir cada instante de la existencia.

La Navidad más allá de su connotación cristiana - religiosa, es el tiempo renovado de la esperanza, expresada en cada rostro noble de nuestros ancianos y padres, en la sonrisa purificadora de las compañeras y madres, en cada estrella hecho niño adheridos a la puerta de nuestras moradas.

No dejemos de cultivar la paz del alma y agradecer todo lo vivido a pesar de las lágrimas intrusas, nuestra mesa debe estar siempre bendecida por la generosidad de nuestros corazones.

¡Feliz Navidad!

EH