ME ACUERDO DE...:
(Continuación)
Las condenas
Al entrar por la mañana en clase, lo primero de todo era rezar el Padre Nuestro, después cantar “el caralsol", el que no quise aprenderme nunca, porque no me dio la gana, quizás en solidaridad a las ideas de mi padre y algunos de mis tíos –no comunistas ni de “rojos”, aunque de ello les tachasen, y que luego fueron mías también-, y seguidamente a estudiar. Si no te sabías la lección, ibas castigado de rodillas al suelo, a veces con escorias debajo ... (ver texto completo)
(Continuación)
Las condenas
Al entrar por la mañana en clase, lo primero de todo era rezar el Padre Nuestro, después cantar “el caralsol", el que no quise aprenderme nunca, porque no me dio la gana, quizás en solidaridad a las ideas de mi padre y algunos de mis tíos –no comunistas ni de “rojos”, aunque de ello les tachasen, y que luego fueron mías también-, y seguidamente a estudiar. Si no te sabías la lección, ibas castigado de rodillas al suelo, a veces con escorias debajo ... (ver texto completo)