MADRIGAL. Añoranza
Reinaba la añorada
Primavera
y el cesped se esponjaba,
mi corazón ansioso con la espera,
mi mente ilusionada LO soñaba.
Una estación de tren
y las verdes montañas
que le gritaban ¡VEN!,
testigos de emociones contenidas
y lágrimas en nuestras despedidas.
El frío en las entrañas....
volveremos a vernos, me decía:
Al
cantar de la alondra
buscaremos la sombra
junto al amparo fiel de nuestro río.
Soñando LO creía.
Nunca pensé que fuera decisivo:
¿quién puso las cadenas?
la
luna fue testigo de mis penas,
mi corazón, cautivo.