¡Qué alegría Fina!:
te echaba de menos. Te doy gracias por tus elogios pero Fina, este poema lo he retocado como si hubiera sido una escultura, limando, quitando, poniendo hasta que al fin ha quedado así. Pero con mucha paciencia, como tu haces con tus cuadros a base de pinceladas y pinceladas hasta que consigues una pintura tan bonita como la que me dedicas y por eso te vuelvo a dar las gracias.
¡Que magia, amiga hay, simplemente en una comunicación!. Es como que alguien llama de repente a la puerta y... ¡un gran abrazo! o una gran alegría por lo inesperado.

Todo eso que dices en tu poema lo he sentido esta tarde al pasear, el rumor del viento, el calor del sol, el canto de los pájaros, el agua pasar entre cantos y guijarros. La naturaleza es genial Fina y a cada paso te sorprende.
Antes no me fijaba tanto en cada detalle, pero ahora no se me escapa casi nada.

Esta mañana vi las azucenas que todavía no se han abierto pero ahí están, de nuevo, en pleno campo.

Un gran abraza Fina y no te canses de escribir que llena el alma de vida.