DIME...
Dime: ¿porque en mañanas frías
mil hombres entristecidos
van por calles ateridas
ciertamente entristecidos?
¿Que les robó su alegría?
¿Que voz se calla o que grito
se escucha en la calle aterida
y le visita el olvido?
Será entonces que golpea
su mesa la vil nevada...
Será entonces que su mesa
también vilmente golpeada
y corazones se hielan
en la calle-calle larga-
y que derrumbado piensa
desde el dolor que le apena
que sin el hoy no hay mañana,
su mundo se tambalea
de tristeza y que la causa.
Y se cuenta de su pluma
porque ortigas, porque grama
en en las calles y ateridas
de angustia las gargantas...
¿Que siembra la vil semilla?
¿que manos dan o arrebatan
ávidas, y que viles puas
arañan hasta su alma.
Que tristeza, cuesta arriba
le duelen mientras que palpa
voces de hombres, voces niñas...
que le duelen y desangran.
Y solo frío respira
Y actos y mil palabras
por las sendas que camina
amanecido a cada alba...
Vieno manos-manos turbias-
que su sudor le arrebatan
mientras se ríen, se burlan
en horribles carcajadas.
Dime porque llueven hojas,
por los mil suelos caídas
y lágrimas se descuelgan rotas
en olvidadas mejillas.
libertad.
Dime: ¿porque en mañanas frías
mil hombres entristecidos
van por calles ateridas
ciertamente entristecidos?
¿Que les robó su alegría?
¿Que voz se calla o que grito
se escucha en la calle aterida
y le visita el olvido?
Será entonces que golpea
su mesa la vil nevada...
Será entonces que su mesa
también vilmente golpeada
y corazones se hielan
en la calle-calle larga-
y que derrumbado piensa
desde el dolor que le apena
que sin el hoy no hay mañana,
su mundo se tambalea
de tristeza y que la causa.
Y se cuenta de su pluma
porque ortigas, porque grama
en en las calles y ateridas
de angustia las gargantas...
¿Que siembra la vil semilla?
¿que manos dan o arrebatan
ávidas, y que viles puas
arañan hasta su alma.
Que tristeza, cuesta arriba
le duelen mientras que palpa
voces de hombres, voces niñas...
que le duelen y desangran.
Y solo frío respira
Y actos y mil palabras
por las sendas que camina
amanecido a cada alba...
Vieno manos-manos turbias-
que su sudor le arrebatan
mientras se ríen, se burlan
en horribles carcajadas.
Dime porque llueven hojas,
por los mil suelos caídas
y lágrimas se descuelgan rotas
en olvidadas mejillas.
libertad.