Estoy con Saramago (por cierto muy poco querido por la Iglesia) que decía: SI NO EXISTIERA LA MUERTE, LOS HOMBRES NO SE HUBIERAN "INVENTADO" A DIOS.
Cuesta para los no creyentes, llegar allí donde otros aseguran haber llegado. Cuesta y mucho, creer, que alguien al que se llama todo poderoso, haya creado un mundo donde triunfan los malvados.
Cuesta creer, que de alguien que se dice justo, permita tantas injusticias.
Cuesta creer que haya que esperar hasta el último día, para saber quien tiene razón... como cuesta asimilar que no culpables sufran, las iras de los canallas.
"Yo no hubiera creado un mundo así..." dijo alguien un día, hace mucho tiempo.
Igual que todos, un día se marchó y aún permanece en las eternas sombras del silencio.
Cuesta para los no creyentes, llegar allí donde otros aseguran haber llegado. Cuesta y mucho, creer, que alguien al que se llama todo poderoso, haya creado un mundo donde triunfan los malvados.
Cuesta creer, que de alguien que se dice justo, permita tantas injusticias.
Cuesta creer que haya que esperar hasta el último día, para saber quien tiene razón... como cuesta asimilar que no culpables sufran, las iras de los canallas.
"Yo no hubiera creado un mundo así..." dijo alguien un día, hace mucho tiempo.
Igual que todos, un día se marchó y aún permanece en las eternas sombras del silencio.