Escucha amigo: lueve, frío, llueve nieve, a juzgar...

Escucha amigo: lueve, frío, llueve nieve, a juzgar por lo que se ve y se lee, llueven palabras heladas... mientras alas poderosas se arropan de billetes.
! Cidadado amigos, llueve el llanto en las calles, a mas nacido, a mas crecer... cuidado, no amanezcas mañana en medio de las calles!
Aín es tiempo de asomarte allí donde se encuentran los que te han donado ese ronco sonido en la garganta.
Piensa que si se te arroja a las calles, tal vez ua nunca atrapes una mañana hermosa...
Es lo que me contaba, uno que ya hace tiempo cruza las calles solo, empapado de silencios en un lecho de cartones. Me cuenta como empezó todo y en que acabo todo... porque habita donde habita, y porque siembre desconfió de los vientos engañosos que sopla desde las altas torres.
Y me dice que llegó cuando aún era un hombres de sueños ricos en su mundo pobre.. Este hombre se comenta que le ha convertido en (bagabundo dice que le nombran) viajero de una y mil noches... hasta que un silencio eterno, le arrope.
Si que está empapado de filosifía triste, y de ronca voz pronuncia que aún se arropa de estrellas aún en las noches frías acuurucado en cualquier rincón que la sociedad (podrida. dice) le ha llevado.
bajo la mata el recien llegado viajero, aprecia como la cabeza del hombre y rodillas se une a su pecho, mientras murmura.! Y so que soñe con caballitos celestes, que montado en ellos, cruzaba valles, llanuras y mares... para que luego esos que se les llama señores, me hayan arrojado entre cartones!
! Que saben las gentes! Ayer me acariciaban sábanas, hoy estas mantas raidas... conozco los culpables. Dice mientras se rebulle entre trapos. Conozco a esos que si pudieran prohibirían morirse.
Es otro viajero, el que pasaba por allí y le brindó un hola, escuchaba, como el que hablaba fue arrogado a mil días amargos. Y aquel... especie de nagel derrotado seguía en su soliloquio, contándose su propio "cuento"
Éran negros cuervos que graznaban si parar y picorearon mi sudor y mis carnes... desde sus altos vuelos. Eran cuervos engañadores. Eran buitres, los que me procuraron migajas, hasta despojarme de todo.
! Cuidado amigo, - suz voz ronca retumbó en la noche- cuidado, aunque te arodilles servirá de muy poco, la sumisión conduce a que aumente la tropa... y pñiensa que solo tienes un poco de tiempo entre la vida y la muerte. No malgastes tu vida en reverencias, no sirven para los que no tienen alma. No les alaves o serás su esclavo... y al final te convertirás en otro viajero, y solo te quedara soñar entre cartones, que un día soñaste montado en caballitos, que te llevaban allí donde, no existen muros, ni cadenasni alambradas... ni fusiles.
¿Es verdad o he soñado que los buitres crecen?

libertad