MADRID Y LAS BUENAS RAZONES.
Madrid suspira sintiendo ciertas voces destempladas,
que quieren seguir pidiendo sus horas desparramadas.
Gentes llenas de pasiones que quieren ser ellos mismos,
y tienen sus condiciones que pueden dejar abismos.
Mascarillas de ir frenando a este virus asesino,
que le veremos triunfando sin conocer su destino.
No valen ciertas plegarias ni soltar mil confusiones,
en jornadas solidarias hay que imponer las razones.
Las pestes dejan calvarios por territorios distintos,
notándose en sus diarios muchos y malos instintos.
Los gritos estrafalarios nunca quieren compromisos,
pueden hablar de milagros anulando los avisos.
La paz de los corazones no precisa requisitos,
ellos tienen su razones y sus gestos muy bonitos.
No quieras nunca gritando ser la voz de tu vecino,
la razón se ira volando y el virus tiene su signo.
Mascarillas son remedio para frenar el mal bicho,
hoy no vale cualquier medio ni el murmurar cierto dicho.
Hay gritos sin soluciones que te llevan al abismo,
dejando las negaciones en el puro pesimismo.
Cada cual tiene su mente para pensar el futuro,
más hay que tener presente que el virus parece duro.
No se siente arrinconado y sus garras están vivas,
mejor dejarle aparcado que muchos actos le activan.
Madrid suspira sintiendo ciertas voces destempladas,
que quieren seguir pidiendo sus horas desparramadas.
Gentes llenas de pasiones que quieren ser ellos mismos,
y tienen sus condiciones que pueden dejar abismos.
Mascarillas de ir frenando a este virus asesino,
que le veremos triunfando sin conocer su destino.
No valen ciertas plegarias ni soltar mil confusiones,
en jornadas solidarias hay que imponer las razones.
Las pestes dejan calvarios por territorios distintos,
notándose en sus diarios muchos y malos instintos.
Los gritos estrafalarios nunca quieren compromisos,
pueden hablar de milagros anulando los avisos.
La paz de los corazones no precisa requisitos,
ellos tienen su razones y sus gestos muy bonitos.
No quieras nunca gritando ser la voz de tu vecino,
la razón se ira volando y el virus tiene su signo.
Mascarillas son remedio para frenar el mal bicho,
hoy no vale cualquier medio ni el murmurar cierto dicho.
Hay gritos sin soluciones que te llevan al abismo,
dejando las negaciones en el puro pesimismo.
Cada cual tiene su mente para pensar el futuro,
más hay que tener presente que el virus parece duro.
No se siente arrinconado y sus garras están vivas,
mejor dejarle aparcado que muchos actos le activan.