NO ERA ESE SU DESTINO...

NO ERA ESE SU DESTINO
El hombre aquel esperaba impaciente saber el resultado de su salud ya precaria, él sabía que su cuerpo estaba en declive, la edad se le echaba encima, la última vacuna que le pusieron le dejó medio hundido, y caminaba con las dos piernas arrastrando, viendo que no se podía ni vestir el sólo, era terrorífico al verse medio invalido, le avisaron de la fiesta de su pueblo, y pensó no podré ir si continuo así con esas piernas condenadas a no poder caminar erguido. Era dura la solución, las pruebas médicas continuaban, aunque no era el primer caso de esa vacuna del herpes, que dejaba problemas en los humanos, no se puede ir contra corriente, y a veces las vacunas no están estudiadas lo suficiente, alguien de su entorno de este hombre le había avisado, a los dos días de habérsela puesto la vacuna, y le dijo lo siguiente, Tendrás dolores, problemas de mentalidad, nervios inflamados y las tripas revueltas, con otro montón de cosas que poco a poco le fueron saliendo. El hombre aquel se dio cuenta de su problema, no dejó de moverse incluso con dolores, arrastrando sus pies siguió caminando, y hubo noches de imposible dormir, cualquier postura en la cama, le proporcionaba dolores y molestias, era un calvario sin usar calmantes ni otras cosas que le pudieran dar adicción, estando levantado se quitaba zapatos y calcetines, y no sabía cómo estar sentado en un tresillo muy confortable, donde de cualquier manera era dura y sufrida. Más la guadaña de la muerte no para y por mucho que nos vacunemos, tenemos nuestra cita con esa guadaña maldita. Que te cerrara el camino de tus pisadas, y terminara con tus preciosas andadas. El hombre aquel una exvecina, le comento sus problemas graves, de hace tres años luchando contra el COVID, del que falleció su Padre, y toda la familia estuvo ingresada en Hospitales, y ella seguía con mascarilla y en tratamiento, al verse sin defensas, esta mujer fue de las que estando, trabajando en una Residencia de ancianos, tuvo que sacar de sus camas a muchos ancianos fallecidos, y allí la contagiaron a ella, y después ella a su familia. Las vacunas pudieran ser buenas, pero todos los seres humanos somos iguales y distintos, y cada uno se ve afectado por diferentes problemas.
G X Cantalapiedra.