... Era la Villa en el siglo XV, abundante en bosques y a cien de instalada la Corte habían sido talados para levantar los palacios de la nobleza y alimentar en calor a la población cortesana que era la que dominaba en la Villa.
El agua era tan abundante que por todos los lugares había fuentes y "viajes" de agua que tan a flor de tierra estaban, que a mano, en cubos se la aba de pozos y arterias.
Y el hacha que acabó con los árboles, desterró las aguas, hasta tal punto que, durante el reinado de Felipe III, ya había necesidad de mezclar las aguas de los manantiales con las de los pozos.
La Villa era rica en cereales y vinos de los que se obtenían considerables cosechas, igualmente era rica en huertas y hortalizas huertas, hortalizas y exquisita fruta.
Tras el arbolado se perdió la alimentación a través de la caza.
La humedad constante del suelo sostenida por los bosques y el sobrante de las aguas fecundaba grandes praderas en las que se criaba abundante ganado. Y la Villa pasó a ser de un pueblo productor a un pueblo consumidor.
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El agua era tan abundante que por todos los lugares había fuentes y "viajes" de agua que tan a flor de tierra estaban, que a mano, en cubos se la aba de pozos y arterias.
Y el hacha que acabó con los árboles, desterró las aguas, hasta tal punto que, durante el reinado de Felipe III, ya había necesidad de mezclar las aguas de los manantiales con las de los pozos.
La Villa era rica en cereales y vinos de los que se obtenían considerables cosechas, igualmente era rica en huertas y hortalizas huertas, hortalizas y exquisita fruta.
Tras el arbolado se perdió la alimentación a través de la caza.
La humedad constante del suelo sostenida por los bosques y el sobrante de las aguas fecundaba grandes praderas en las que se criaba abundante ganado. Y la Villa pasó a ser de un pueblo productor a un pueblo consumidor.
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