Se ha de tratar, con todas las fuerzas posibles del...

Se ha de tratar, con todas las fuerzas posibles del Espíritu, de conseguir las dos cosas. Ya no se puede detener el final de esta Humanidad desobediente y necia, rebelde y caduca, pues está muy extendido el Mal entre la mayor parte de la raza humana. Sólo cuando mueran en él, se darán cuenta y no podrán retroceder. La bondad existe, por suerte, en bastantes personas, pero el hombre quiere tener su convencimiento: no escarmienta en cabeza ajena. Por ello, el proceso es ya irreversible, pues, aunque todavía hay hombres justos, abunda mucho más la maldad. De esos justos no hay que preocuparse, puesto que ni uno sólo de ellos se perderá.

Desde un lugar prohibido para los que replican a Dios.