Aunque nada te impide intervenir, ni siquiera la posibilidad de ser entrometido (esto, como dices, es Internet, donde cualquier desvarío es posible), deja que sea ella la que responda, que tiene suficiente capacidad para hacerlo, Indio. El amigo Chando, al que siempre nombras y nunca para bien, se vio también sometido a la influencia de unos impresentables, que han hecho de este lugar de debate un sitio donde verter sus descalificaciones, rencores, malas ideas y resentimientos censurables. No procede tu afirmación: Además de que mi tiempo de estancia aquí, cada vez más se va reduciendo, eso no me hace perder la calma, a pesar de las veleidades ideológicas y de la opinión mezquina vertidas en las aportaciones desafortunadas de algunos que presumen de saber sin saber nada respecto, entre otras cosas, al respeto a los demás y a las buenas formas. Me importan un pepino tus disquisiciones con respecto a mi persona, fuera de contexto, como de costumbre: Para que te enteres, que no es tu norma, nunca quiero imponer mi criterio (ejerzo la posibilidad que tengo de exponer libremente mi opinión sin obligar a nadie a aceptarla), comprendo otras ideas, incluso las que no son de recibo y sé muy bien a qué se debe la existencia de otra gente que piensa diferente, sin compartir por ello lo que dice. Este Foro me ha servido para confirmar lo que, en el resto del mundo, ya es una desdichada constante: el dominio apabullante de Satán en la insidia, la soberbia, la ignorancia, la infamia, la injuria, el cinismo, la difamación, el odio, el desafecto humano, las ideas cambiadas y el afán de denigrar, entre otras cosas repudiables. No hay nada más que oírte a tí, con tus menosprecios a los que llamas "fachas" de forma "in misericorde", o las blasfemias de ese hereje desprovisto de conciencia o los vertidos de palabra y gráficos llenos de aborrecimiento contra Dios, contra el Rey, contra la Iglesia y el clero, contra el Jefe del Gobierno y su partido, y a favor de los intereses de una resentida y muy malinterpretada "izquierda", que tan alejada está de la reverencia al Ser Supremo de la Creación humana y universal.
Mis censuras están llenas de razón, mis denuncias son propias del que tiene el suficiente coraje como para desvelar ante todos el sacrilegio y la injusticia cometida por los cobardes que se esconden tras un pseudónimo para transgredir leyes divinas y humanas, porque no tienen el valor de dar la cara y hacerlo donde sean capaces de afrontar las responsabilidades que pudieran derivarse de sus espúreas afirmaciones. Hablas de amenazas, porque nunca has respetado, ni respetas la justicia, ya que eres uno de esos que se cree que todo se puede hacer porque todo está permitido. Y no es así, Indio. Hay que saber el límite, hasta dónde pueden llegar nuestros derechos sin lesionar los que tienen los demás. Tú y otros como tú, vais a conocer con todas sus consecuencias los efectos justicieros de AQUELLOS que habéis vilipendiado. Los Punidores os llevarán a situaciones trágicas en las que el dolor disipará los últimos ribetes de vuestra inicua arrogancia. ¿Es amenaza? No, sólo es advertencia y compasión.
Me dais pena, mucha pena.
Mis censuras están llenas de razón, mis denuncias son propias del que tiene el suficiente coraje como para desvelar ante todos el sacrilegio y la injusticia cometida por los cobardes que se esconden tras un pseudónimo para transgredir leyes divinas y humanas, porque no tienen el valor de dar la cara y hacerlo donde sean capaces de afrontar las responsabilidades que pudieran derivarse de sus espúreas afirmaciones. Hablas de amenazas, porque nunca has respetado, ni respetas la justicia, ya que eres uno de esos que se cree que todo se puede hacer porque todo está permitido. Y no es así, Indio. Hay que saber el límite, hasta dónde pueden llegar nuestros derechos sin lesionar los que tienen los demás. Tú y otros como tú, vais a conocer con todas sus consecuencias los efectos justicieros de AQUELLOS que habéis vilipendiado. Los Punidores os llevarán a situaciones trágicas en las que el dolor disipará los últimos ribetes de vuestra inicua arrogancia. ¿Es amenaza? No, sólo es advertencia y compasión.
Me dais pena, mucha pena.