Defender lo indefendible suele acarrear más de una contradicción, mas de una incomprensión, mas de una falta de credibilidad, hasta quizás más de un interés que no se define claramente, porque coquetear con la verdad acarrear algún que otro juicio por parte de los demás poco atractivos.
La coherencia no tiene posturas inamovibles, démosle las vueltas que queramos, porque si nos instalamos en una posición sistemáticamente, estaremos perdiendo la objetividad de lo que debatimos. Es bueno que cada cual defienda sus ideas, pero quizás y solo quizás deberíamos reconciliarnos con ellas, para defenderlas sin transgredir las verdades de otras diferentes, si en el análisis de un argumento solo vemos nuestra razón, deberíamos sospechar que dejamos algo por el camino sin cuestionarnos.
A veces cuando nos preguntamos, ¿que me mueve a adoptar esta o aquella postura?, solemos darnos cuenta que lo fundamental esta arraigado en lo que nos hicieron pensar y no en lo que realmente pensamos, o sentimos, y esto nos induce a la contradicción casi permanente.
La coherencia no tiene posturas inamovibles, démosle las vueltas que queramos, porque si nos instalamos en una posición sistemáticamente, estaremos perdiendo la objetividad de lo que debatimos. Es bueno que cada cual defienda sus ideas, pero quizás y solo quizás deberíamos reconciliarnos con ellas, para defenderlas sin transgredir las verdades de otras diferentes, si en el análisis de un argumento solo vemos nuestra razón, deberíamos sospechar que dejamos algo por el camino sin cuestionarnos.
A veces cuando nos preguntamos, ¿que me mueve a adoptar esta o aquella postura?, solemos darnos cuenta que lo fundamental esta arraigado en lo que nos hicieron pensar y no en lo que realmente pensamos, o sentimos, y esto nos induce a la contradicción casi permanente.