<<Como dice Teodoro León Gross, "la mujer del César puede no ser honesta y ni siquiera parecerlo. Dejémonos de vainas; esto es lo que hay". Es que ni intentar parecerlo. La señora no ha parado ni siquiera cuando se ha descubierto su tejemaneje ni su marido se lo ha impedido. Así de impunes se creen nuestros Ceaucescu.>>