Los hombres y mujeres de esta Generación necesitan mucha repetición y, ni aún así, se convencen. ¡Qué se dirá de esta Humanidad!
Muchos se complacen en criticar a las Religiones y otros lo niegan porque sí. Lo cierto es que demuestran ser poco prácticos, porque si se cree que la vida continúa después de la muerte, se tiene una esperanza. Si se piensa que todo se termina, sólo queda un desenlace baldío y fatal. Elegir lo peor es de tontos, sin duda alguna. Pero, allá cada cuál, pues, llegado el momento, mal que le pese, se convencerá.
Científicamente, diversos doctores han comprobado e incluso escrito libros sobre las llamadas experiencias "post mortem" donde, tras el fallecimiento clínico temporal, los que se han diagnosticado muertos, tras volver de nuevo a la vida, han contado sus vicisitudes que les han llevado por cierto túnel que les ha conducido a un lugar luminoso donde se han encontrado con Seres de Luz y familiares y amigos anteriormente fallecidos con los que han conversado.
No obstante, para los incrédulos y escépticos, éstos son cuentos chinos. Pues, con su pan se lo coman. La soberbia, la arrogancia, la presunción, la necedad y el engreimiento son los ingredientes que conforman la receta del común de los mortales. Habría que cambiarles la cabeza.
Muchos se complacen en criticar a las Religiones y otros lo niegan porque sí. Lo cierto es que demuestran ser poco prácticos, porque si se cree que la vida continúa después de la muerte, se tiene una esperanza. Si se piensa que todo se termina, sólo queda un desenlace baldío y fatal. Elegir lo peor es de tontos, sin duda alguna. Pero, allá cada cuál, pues, llegado el momento, mal que le pese, se convencerá.
Científicamente, diversos doctores han comprobado e incluso escrito libros sobre las llamadas experiencias "post mortem" donde, tras el fallecimiento clínico temporal, los que se han diagnosticado muertos, tras volver de nuevo a la vida, han contado sus vicisitudes que les han llevado por cierto túnel que les ha conducido a un lugar luminoso donde se han encontrado con Seres de Luz y familiares y amigos anteriormente fallecidos con los que han conversado.
No obstante, para los incrédulos y escépticos, éstos son cuentos chinos. Pues, con su pan se lo coman. La soberbia, la arrogancia, la presunción, la necedad y el engreimiento son los ingredientes que conforman la receta del común de los mortales. Habría que cambiarles la cabeza.